El perro pastor se sentó en el ataúd de la niña y parecía esconder algo debajo de sí: la gente se horrorizó cuando se dieron cuenta de por qué el perro no se alejaba del ataúd 😱😱
A finales de marzo, en el cementerio se celebró el funeral de una niña de seis años. Un pequeño ataúd lleno de flores silvestres se convirtió en el centro del dolor de los cientos de personas que se reunieron. El padre de la niña se quedó allí aturdido, devastado por el dolor.
De repente el silencio se rompió con el sonido de unas patas. Un pastor alemán llamado Dakota se abrió paso entre la multitud, ignorando las órdenes del adiestrador del perro. Con evidente determinación, saltó sobre la tapa del ataúd y se quedó paralizada, como si escondiera algo debajo de ella. Los intentos de ahuyentar al perro no tuvieron éxito: gruñó y se negó a irse, protegiendo su secreto.
El padre de la niña señaló que el comportamiento de Dakota no era una manifestación de dolor, sino más bien una señal de alarma. Entonces el perro emitió un gemido familiar y bajo, el mismo sonido que usaba para advertir a la niña que estaba a punto de sufrir un ataque.
Sospechando que Dakota estaba sintiendo algo, el padre de la niña insistió en que se abriera el ataúd. Después de mucha persuasión, el director de la funeraria aceptó.
…Mientras la tapa del ataúd comenzaba a levantarse lentamente, la multitud contuvo la respiración. La gente del toro se horroriza al ver lo que el perro escondía… Continúa en el primer comentario 👇👇
Dentro yacía una niña, con el rostro sereno, como el de una persona dormida. Pero inmediatamente se hizo evidente: ella… estaba respirando.
Alguien gritó. El médico que la atendió corrió hacia el ataúd, puso su oído contra su pecho y de inmediato gritó:
– ¡Vivo! ¡Ella está viva! ¡Llame a una ambulancia inmediatamente!
El padre se quedó paralizado, como si no pudiera creer lo que veía, hasta que oyó un gemido silencioso, débil, pero real. Cayó de rodillas, incapaz de contener las lágrimas.
Su hija, por quien todos ya habían llorado, estaba viva. El estado de sueño letárgico, extremadamente raro y prácticamente imperceptible sin un diagnóstico profundo, ha engañado a los médicos. La niña fue declarada muerta prematuramente.
¿Pero cómo lo supo Dakota?
La respuesta la encontramos más tarde. Resultó que el perro estaba entrenado para detectar los más mínimos cambios en la respiración y el pulso de la niña: realmente tuvo ataques durante los cuales sus funciones vitales casi se extinguieron.
Dakota la había salvado más de una vez al advertir a sus padres antes de que llegara la ambulancia. Y esta vez, en el momento en que los médicos se dieron por vencidos, fue Dakota quien se dio cuenta de que aquello no era la muerte.
Ella fue la última en escuchar la respiración de su ama, y la única que se negó a aceptarla.