La chica dejó a su novio para casarse con un africano del fuego salvaje 😲😲 Vivían en una choza en medio de la sabana, donde ni siquiera había las comodidades más comunes, como agua caliente o una estufa de gas 😢 Poco después de la boda, tuvieron una hija que heredó la apariencia de su padre 😲
El aspecto del hijo de esta inusual pareja se muestra en el artículo debajo de la foto 👇👇
En 1987, una joven suiza llamada Corinna Hofmann viajó con su prometido Marco a la lejana y exótica Kenia, en un safari, tal como habían soñado durante mucho tiempo. Y luego ella no lo conoció.
Alto, de porte orgulloso y piel del color de la arcilla roja, se encontraba junto al fuego de la tribu Samburu, parientes cercanos de los Maasai.
Su nombre era Lketinga Leparmoriyo. Una mirada fue suficiente para enamorarse. La chica dejó a su novio por un africano.
Pero iniciar una relación con un hombre de una tribu que vive según tradiciones centenarias resultó no ser tan romántico como ella había soñado.
Lketinga fue firme y directo. A sus quejas, ya fuera por el calor, las moscas o las extrañas costumbres, él respondía con mesura, casi con indiferencia:
– Si no te gusta, vuelve con tu Marco.
Pero Corinna era terca. Vendió su negocio en Suiza, abandonó su antigua vida y se mudó a un pueblo de Kenia, donde abrió una tienda de comestibles.
Con el tiempo, recibió la ciudadanía y se convirtió en uno de los Samburu, en la medida de lo posible.
Una nueva vida ha comenzado. Una choza de paja llamada manyatta, una lámpara de queroseno, agua fría, lavado de manos, ninguna de las comodidades habituales, ninguna medicina y ni siquiera papel higiénico. Pero ella aceptó esto también.
Cuando nació su hija, Napirai, todo cambió. Fue como si un demonio hubiera poseído a Lketinga. Sospechaba que el niño no era suyo.
Empezó a tener celos, especialmente de los hombres que venían a la tienda.
Dos años después, en 1990, ya no pudo soportarlo más. Tomó a su hija y huyó a Europa, a la paz y al orden, lejos de la crueldad y la desconfianza.
Han pasado quince años. En 2005, mientras trabajaba en una película basada en su libro, Corinna regresó a Kenia. Se reunió con el anciano Lketinga.