De un catre viejo y desechado hicimos una cosa interesante para el jardín: Esto es lo que conseguimos

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Un día, en el jardín, nos dimos cuenta de que alguien había tirado un catre. Estaba desmontada en piezas: aquí estaban los laterales con paredes de listones, aquí el fondo con una base de contrachapado y aquí los respaldos con bordes redondeados.


Alguien acababa de apilarlo todo junto a los cubos de basura. Nos miramos: ¡qué pena de cosa! Y entonces surgió la idea: ¿y si pudiéramos hacer con ellos un banco para el patio?
Teníamos a mano todos los materiales necesarios. En el cobertizo había tornillos autorroscantes, un vecino encontró un taladro y en el garaje, un poco de pintura y barniz. Sólo teníamos que unir las partes de la cuna entre sí y darles un nuevo sentido.


Primero, cogimos los respaldos de la cama y los pusimos en vertical: se convirtieron en los soportes laterales del banco. La parte inferior del catre se fijó entre ellos, formando un asiento.Los laterales de celosía resultaron útiles para el respaldo: se fijaron en la parte posterior para hacer un respaldo cómodo.
Cuando el armazón estuvo listo, lijamos la madera, pintamos el banco de blanco y lo barnizamos para que durara más. Para mayor comodidad, pusimos un cojín encima, que nos donó uno de los vecinos.


Ahora nuestro banco está debajo de un árbol del patio, y a todo el mundo le gusta descansar en él. Y nosotros sonreímos cuando lo miramos, porque no hace tanto no era más que un viejo catre al que se había dado una segunda vida.

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