Patti White tenía sólo 18 años cuando fue madre por primera vez. Por aquel entonces, en los años 60, la actitud de la sociedad hacia los niños con síndrome de Down era muy diferente a la actual.Médicos y familiares aconsejaron insistentemente a la joven que renunciara a su hija, asegurando que la niña no podría vivir una vida plena.
Pero Patti no quería ni oír hablar de eso. Creía que todos los niños merecen amor y apoyo, y se prometió a sí misma que haría todo lo posible para que Lisa fuera feliz.
Pasaron los años. Lisa creció, aprendió, superó dificultades. La niña aprendió a cuidar de sí misma, ayudaba en casa y más tarde incluso consiguió trabajo en una tienda.Su relación se desarrolló rápidamente. A los 29 años, Lisa comunicó alegremente a su madre la noticia de un embarazo. En 1995 nació Nick, un niño que heredó el mismo diagnóstico que su madre.
Criar a un nieto era un nuevo reto para Patti, pero lo aceptó de buen grado. Ahora no solo cuidaba de su hija, sino también del pequeño Nick.
Desde pequeño había sido enérgico y curioso. Le atraían la música, los deportes y el teatro. Nick aprendió a nadar, se enamoró del fútbol y empezó a componer música rap.
Hoy Nick tiene 29 años. Sigue nadando, juega al fútbol y sueña con ser camarero, rapero, DJ y director de cine. Ya ha aparecido en varias películas y programas de televisión que promueven la inclusión y la igualdad.
