Después de que mi esposa murió, la casa quedó demasiado silenciosa.
Tengo 65 años y toda mi vida está conectada a mi familia. Pensé que siempre sería así. Pero cuando Anna se fue, todo cambió. Las noches eran especialmente difíciles. Nuestro hogar, una vez lleno de alegría, ahora parecía vacío.
Intenté hacer otra cosa, caminar por el parque, leer libros, pero faltaba algo. Un día decidí que era hora de buscar una nueva pareja. No estaba preparada para una nueva relación, pero un perro podría ayudarme.
Fui al refugio de animales y me imaginé que adoptaría un cachorro. Pero vi algo diferente.
Un perro viejo yacía en un rincón del refugio de animales. No saltó, no ladró, sólo miró. Su mirada era profunda y tranquila. Era un perro que había estado esperando durante muchos años y de inmediato sentí que era mío.
«Lo tomaré», dije.
El personal del refugio quedó en shock porque el perro había pasado allí diez años de su vida desde su nacimiento. Sabía que este perro no podía pasar otra noche solo.
Cuando traje a Lessi a casa, fui cauteloso. Él no estaba contento y no movía la cola. Estaba explorando la casa cuando de repente se detuvo y me miró. Vi la pregunta en sus ojos: “¿Es esta realmente mi casa?”
A medida que pasaban los días se iba abriendo cada vez más. Me seguía por toda la casa y siempre estaba cerca de mí. Poco a poco empezó a sentirse como en casa.
El primer paseo por el parque fue algo especial. Al principio caminé lentamente y no podía creer que ya era libre. Pero en algún momento se detuvo, tomó una bocanada de aire fresco y comenzó a mover la cola. Fue un momento de felicidad.
Pasaron los meses y Lessi se convirtió en parte integral de mi vida. Ya no era la perrita introvertida y tímida que había adoptado del refugio. Cada día ella me saludaba con alegría y se convirtió en mi fiel compañera.
Creí que la había salvado, pero en realidad ella me salvó. Antes de que Lessi llegara a mi vida, no podía encontrar la alegría. Pero este perro le dio a mi hogar un nuevo significado y propósito.
Nunca es demasiado tarde para encontrar el amor y la felicidad. No importa la edad ni el pasado, sólo cuenta la decisión del corazón.
Si estás pensando en tener un perro, no te limites a los cachorros. Quizás un amigo mayor te esté esperando. Y quizá tú lo salvarás, pero él también te salvará a ti.