¡Micheline Presle cumple 100 años! Parece que tal longevidad es la encarnación del sueño de millones de personas. Pero hoy en día es difícil decir que Micheline está feliz, sola en una residencia de ancianos. Y sobre todo sin su única hija.
Micheline Presle es una actriz nata. Cuando era niña, iba a menudo con su padre al cine y al music hall. Cuando estaban de vacaciones, siendo niña, la futura actriz montaba un espectáculo transformando los cubículos del baño en un teatro.
La pequeña Micheline y su hermano menor, Claude, fabricaban “asientos de arena” y vendían “lugares con conchas”.
Y en 1937, cuando era una adolescente, Micheline Presle, cuyo verdadero nombre era Micheline Chassagne, debutó en el cine francés. Fue dirigida por Pierre Caron en la película titulada “La fessée”, de donde obtuvo su seudónimo “Presle”.
Empujándola hacia una gran carrera, se apegó a ella y por ello la llevó durante toda su vida. En realidad, ella había interpretado el papel de “Jacqueline Presle”, una joven interna que intenta reconciliar a sus padres en proceso de divorcio.
Desde entonces, los directores se pelearon por ella y en 1947, gracias a su papel de “Marthe” en “Le diable au corps”, se dio a conocer en Hollywood. Y fue en Estados Unidos donde conoció a su futuro marido, William Marshall.
Si Micheline Presle logró llevar adelante una carrera deslumbrante fue sobre todo porque tenía una visión clara de su carrera. Su curiosidad la llevó a interesarse por todo tipo de papeles y la empujó más hacia los papeles cómicos. A ella “le encanta hacer reír a la gente”.
La vida amorosa y el nacimiento de su hija, Tonie Marshall
La carrera cinematográfica de Micheline Presle no sólo le ha traído éxito. De hecho, es gracias a ella que la actriz conoció a los hombres de su vida. Además, mientras actuaba en “Félicie Nanteuil”, una película de Marc Allégret, en 1944, se enamoró de Louis Jourdan. Los dos se comprometieron antes de separarse.
Luego, en 1945, se casó por primera vez con Michel Lefort, un hombre de negocios. Desafortunadamente, su matrimonio sólo duró unos pocos años. Codiciada por el cine de Hollywood, firmó un contrato y partió hacia Estados Unidos.
Sin embargo, no completó su carrera estadounidense. Reconociendo que fue “un error” haber firmado con los estadounidenses, confió en un artículo de Lise Elina en 1961:
“Tuve que tomar una decisión y la tomé. “Elegí mi privacidad”.
Sin embargo, no se arrepiente de esta elección, ya que le enseña a ser más madura, “más razonable” y “menos dependiente”. Especialmente porque su tiempo en Hollywood le permitió conocer a su segundo marido, Bill Marshall, también conocido como William Marshall.
Se casó con el director y ex de Michelle Morgan en 1949 y le dio una hija, Tonie Marshall.
Divorcio de un director estadounidense y relación conflictiva con su hija
Entre la famosa actriz y el padre de su hija, las relaciones se han vuelto tensas a lo largo de los años. Luego, después de que naciera Tonie en 1951, la pareja finalmente se divorció. Sabiendo que había abandonado su carrera en Francia, retomarla no estuvo exento de dificultades.
Según contó a L’Express, ya no la querían, pero aun así se arrepintió. Y también recuperó el amor del público al actuar en la serie de televisión «Les Saintes Chéries».
Parece que tampoco fue fácil para Tonie Marshall ascender en la escala del cine. Siguiendo los pasos de sus padres, tuvo que superar su fama, especialmente la de su famosa madre.
“Cuando eres adolescente, cuando tienes una madre muy brillante y muy guapa y cuando tú misma estás en el mejor momento de tu vida y no estás necesariamente destinada a ser tan bonita, tienes que encontrar una especie de espacio. Mi madre era, como suelen serlo los actores, egocéntrica”.
La hija de Bill Marshall confesó acertadamente en Europa 1 que “hay más de una vida en la vida”. La madre de Tonie sabía perfectamente que no era fácil para su hija tener que vivir a su sombra.
“Ser reconocida como hija de Micheline Presle y no ser reconocida por su padre es difícil de vivir… Necesitaba afirmar su personalidad, su singularidad. Ella tuvo que desbancarme para encontrar su propio lugar”.
La decana del cine francés la retrató en sus memorias tituladas “Di(s)grésions”. Agregó también que aunque su relación con su hija “ha sido conflictiva, eso no ha quitado el amor que existe entre ellas”.
Del conflicto a la reconciliación entre madre e hija
Tonie tuvo que sortear la fama de su madre y finalmente abandonó su carrera como actriz para dedicarse a la dirección. Y fue la decisión más sabia que jamás tomó, tanto para su carrera como para su relación con Micheline.
Al final, el amor entre madre e hija superó el conflicto y permanecieron unidas. Además, ante el éxito de su hija, la famosa Micheline Presle no dejó de expresar su orgullo.
“Al embarcarse en la escritura y la dirección, Tonie trazó su propio camino completamente sola. (…) todo dependía de ella, estoy muy orgullosa y feliz por ello”,
confió la actriz francesa, que vivió feliz hasta la muerte de su única hija. Después de luchar contra una “larga enfermedad”, la talentosa directora finalmente sucumbió, dejando a su madre sumida en el dolor.
A los 100 años, Micheline enterró a su hija y ahora vive en un asilo de ancianos
Micheline tuvo la suerte de poder trabajar con su hija. De hecho, podemos verla en “Tu veux ou tu veux pas”, en “Rue Mandar”, en “Louise et Chantal”, así como en “Thelma”, películas dirigidas por Tonie.
Desafortunadamente, su colaboración terminó y la mujer que celebró su cumpleaños número 100 el 22 de agosto tuvo que enterrar a su hijo. Tonie Marshall, quien recibió un César honorario, murió el 12 de marzo de 2020, a la edad de 68 años.
Aunque el terrible acontecimiento la afectó profundamente, Micheline Presle sigue apreciando la vida.
“Hasta el final amaré la vida, siempre la he amado”.
También se lo confesó a Le Figaro.
El periódico la entrevistó en la residencia de ancianos donde vive ahora y donde “a menudo piensa” en su “bebé” (su hija, Tonie Marshall) y la extraña.
Ante un recorrido vital tan largo y hermoso, como ella misma dijo, es “milagroso” que “siga aquí”. Y deseamos que lo disfrute más.