Decidí desearle un feliz cumpleaños a mi vecino de 90 años, pero cuando entré a la casa me quedé en shock.

HISTORIAS DE VIDA

Hace una semana mi vecina celebró su 90 cumpleaños. No éramos especialmente amigos cercanos, pero nos conocíamos bien. A menudo me detenía para intercambiar algunas palabras y, a veces, simplemente charlábamos sobre la vida.

Ella siempre me impresionó con su inteligencia, sus buenos modales y sus historias interesantes. En una de esas conversaciones me enteré que se acercaba su cumpleaños.

Решила зайти к 90-летней соседке, чтобы поздравить с днем рождения, но войдя в дом, была в шоке

Ella vivía sola: su marido había muerto hacía años y sus hijos se habían mudado a diferentes ciudades. Cuando mencionó su cumpleaños, quedó claro que no habría ninguna gran celebración.

Sin embargo, decidí felicitarla. Pensé en acercarme a ella con un pequeño pastel y tratar de levantarle el ánimo al menos un poco. Quería venir más tarde para darle tiempo a sus hijos de celebrar este día con ella, ya que los veía muy raramente.

Решила зайти к 90-летней соседке, чтобы поздравить с днем рождения, но войдя в дом, была в шоке

Cuando finalmente llegué, la escena que vi fue un poco impactante. La casa estaba perfectamente ordenada, el olor a pasteles y otros platos recién horneados estaba en el aire, y mi vecino parecía estar esperando a alguien. Pero la habitación estaba vacía.

Ella se sentó en su sillón y miró la televisión como si estuviera tratando de distraerse de un pensamiento triste.

Cuando me vio, su rostro se iluminó de alegría. Ella sonrió amablemente y me invitó a sentarme. La mesa preparada para los invitados sugería que esperaba una gran celebración. Pero rápidamente me di cuenta de que ninguno de sus familiares había venido.

Hablamos durante mucho tiempo y ella me dijo que nadie la había llamado ese día. Ni sus hijos ni sus nietos. Eso me rompió el corazón.

Решила зайти к 90-летней соседке, чтобы поздравить с днем рождения, но войдя в дом, была в шоке

Me quedé más tiempo del que había planeado originalmente para hacerle compañía y aliviar su soledad. Ella me ofreció sus platos y yo traté de mantener la conversación para distraerla de sus pesados ​​pensamientos. Pero cuando me fui, no pude dormir en toda la noche.

Esta historia me hizo pensar: a menudo damos por sentados a nuestros seres queridos sin considerar cuánto necesitan nuestra atención. Visita a tus padres, llámalos más seguido. Es importante para ellos. Porque un día podría ser demasiado tarde.

Rate article
Add a comment