Mónica Bellucci es considerada una de las mujeres más bellas y cotizadas del mundo actual. Los hombres sueñan con ella, mientras que las mujeres aspiran a ser como ella. Su apariencia es a menudo considerada el estándar de belleza.
Sin embargo, en su juventud la actriz era muy diferente. Su belleza no floreció de la noche a la mañana; incluso su propio padre la consideraba un “patito feo”. No fue hasta su adolescencia que Mónica realmente brilló y cautivó a todos a su alrededor con su belleza etérea. Pero la intensa atención que recibió la hizo sentir insegura.
Fue durante este tiempo que su padre intervino para apoyarla, haciendo todo lo posible para ayudar a su hija a sentirse orgullosa de sí misma y desarrollar su confianza en sí misma.
Él estuvo a su lado cuando decidió seguir una carrera como modelo y luego como actriz. Mónica recuerda cómo su padre se esforzó mucho para demostrar que su belleza era natural, mostrando a los escépticos fotografías de su infancia y adolescencia para disipar cualquier duda.
