Stephen Hawking dijo que Dios no existe, pero William Maillis, un genio de 11 años, quiere demostrar que está equivocado.
William, originario de Pensilvania, mostró su extraordinario talento desde niño, aprendiendo a hablar con
completar oraciones a los pocos meses, comprender la suma a los 21 meses y resolver problemas de multiplicación a los 2 años.
Aprendió griego a los 4 años, resolviendo problemas de álgebra y estudiando lengua de signos.
A la edad de 5 años leyó un libro de geometría de más de 200 páginas en una noche. Se graduó de la escuela secundaria a los 9 años y se matriculó en la Universidad Carnegie Mellon a los 10 años.
Criado en una familia cristiana, William aspira a convertirse en astrofísico para utilizar la ciencia para respaldar su fe.
intentando refutar algunas teorías de Einstein y Hawking y demostrar la existencia de Dios.
William cree que creer en la autocreación del universo requiere más fe que creer en un creador.
A pesar de su genio, sus padres lo describen como un niño normal con pasiones como los videojuegos, los eventos deportivos y los programas de televisión.
La historia de William destaca su creencia de que la inteligencia es un regalo de Dios y su deseo de utilizar este regalo para honrar al creador.