Un día, mientras pescaba tranquilamente junto al río, este hombre tuvo un encuentro extraordinario. Vio un cachorro de oso luchando en el agua, a punto de ahogarse. Sin pensarlo dos veces, el pescador se lanzó al agua para salvar la vida de esta pequeña criatura en peligro.
El pobre osezno se dejó llevar por la corriente. El pescador describió que el osito tenía aproximadamente un mes de edad cuando lo encontró. Parecía muy exhausto y sus ojos estaban llenos de terror. Quizás el animal fue arrastrado por la corriente mientras intentaba pescar para alimentarse.
Pero, al presenciar esta angustiosa escena, el hombre no pudo abandonarlo. Actuando como un verdadero héroe, inmediatamente fue a rescatarlo.
Después de la exitosa operación de rescate, el osezno escapó rápidamente hacia el monte, mientras el valiente seguía pescando, aliviado de haber realizado la buena acción del día.
Al día siguiente, cuando el pescador regresó al mismo lugar, quedó muy sorprendido al ver un gran oso mirándolo intensamente y acercándose a él. La madre osa mostró su gratitud al salvador de su cachorro.
Bastante asustado, el hombre no supo cómo reaccionar, sobre todo cuando notó un montón de peces a sus pies. Era la madre del osezno que salvó de ahogarse el día anterior.
Ella asintió en señal de agradecimiento antes de alejarse discretamente. Fue un gesto encantador que sorprendió por completo al pescador.
Esta historia nos enseña que los animales salvajes, como los osos, pueden demostrar una inteligencia impresionante y una gratitud notable que los humanos no siempre esperan.
