El hombre vestía elegantemente mientras que la niña no y se negaba a hacer contacto visual con nadie.
Mientras hacía su trabajo a bordo del avión, Shelia no podía dejar de pensar en la niña y finalmente se le ocurrió un plan brillante que requirió verdadero coraje.
Coraje que significó salvar a esta joven de una situación peligrosa.
Incapaz de ignorar a la niña, Shelia intentó desesperadamente hacer contacto visual mientras servía bocadillos a bordo del vuelo.
Ella le transmitió sus sospechas a un colega y los dos trabajaron juntos para distraer al hombre mientras Shelia intentaba llamar la atención de la niña.
«Finalmente levantó la vista y la mirada en sus ojos era simplemente desgarradora, así que me disculpé para ir atrás y simplemente me desplomé», dijo Shelia en una entrevista en Good Morning Britain.
Shelia ideó un brillante plan: colocó unanota y un bolígrafo en uno de los baños del avión y luego lo cerró con llave, con el objetivo de abrirlo solo para la niña.
Mientras su colega tenía la atención del hombre, Shelia señaló el baño y fingió escribir.
Luego esperó y esperó que la niña entendiera.
Por suerte la niña se disculpó para ir al baño.
El hombre se quedó con ella fuera del baño, pero Shelia se negó a abandonar el área y mantuvo un ojo sobre el hombre.
«Dejé una nota en uno de los baños», dijo Shelia. «Ella respondió a la nota y dijo: ‘Necesito ayuda'».
Shelia informó al piloto, quien se puso en contacto por radio con el control de tierra para que las autoridades detuvieran al hombre al aterrizar.
Escuche la historia completa de la heroica azafata en el siguiente clip.
Shelia se mantuvo en contacto con la joven que rescató de la trata de personas y las dos han hablado varias veces a lo largo de los años.
La joven incluso asiste a la universidad, según el Western Journal.
“Si ven algo, díganlo”, informa Shelia a los demás.
Comparta esto para recordarle a la gente que confíe en sus instintos y rinda homenaje a la valiente y maravillosa Shelia Frederick.
Ella es un gran ejemplo para todos nosotros.