POSITIVO
Hace tres años perdí a mi esposo, Anthony, en el mar. Le encantaba la navegación. Aquel día salió al mar, como tantas otras veces… pero se desató una tormenta y se lo llevó.
Hace unas dos semanas, de camino al trabajo, lo vi por primera vez. Un hombre de unos treinta años, aparentemente normal a primera vista: ropa limpia aunque
“El día que vi llorar a mi madre porque no nos alcanzaba para pan, supe que si quería una vida distinta… tendría que coserla con mis propias manos.
No tenía una gran educación, ni laboratorios, ni fama. Solo tenía la imagen de mi madre frotando ropa sobre una piedra, con los nudillos sangrando y el
Siempre supe que mi suegra no me quería. Pero jamás imaginé en qué acabaría todo eso. Cuando me quedé embarazada, se volvió completamente loca.
Alexandra ya no sentía nada físicamente. Ningún dolor, salvo una punzada sorda y ardiente en el alma. No lograba comprender dónde estaba ni qué le había ocurrido.
Nunca olvidaré ese día. Mi madre me abrazó, me dijo que volvería pronto y se fue. Me quedé allí, en la puerta del orfanato de Medellín, con un osito de
Cuando Clara se mudó al casco antiguo de Elmsbridge, no buscaba emoción, solo tranquilidad. Tras el torbellino de un compromiso roto y años de ruido urbano
Empezó con una carta.La biblioteca debajo del lago No era un correo electrónico, ni un mensaje ni una llamada, sino una carta auténtica, escrita a mano
Mateo era un niño silencioso, de esos que miran el mundo con ojos grandes y alma aún más grande. Vivía en un pueblo pequeño, en una casa modesta con sus padres.