Se encontró sin hogar y tuvo que hurgar en la basura para llegar a fin de mes.

HISTORIAS DE VIDA

Loni Willison, una vez modelo y gimnasta exitosa, es ahora una extraña que deambula por las calles de Los Ángeles, California. Esta ex esposa del actor de “Baywatch” Jeremy Jackson fue vista hurgando en los botes de basura en Venice Beach con un carrito lleno de mantas y ropa. Su cabello corto y descuidado y su apariencia desaliñada, características de su hermoso pasado, contrastan marcadamente con su condición actual.

La lucha de Loni comenzó después de su divorcio del actor en 2014. Los efectos de la separación parecieron llevarla a la depresión. Mientras luchaba con las consecuencias, también experimentó una serie de eventos desafortunados: perdió su hogar, su trabajo y se volvió adicta a las drogas y al alcohol.
A pesar de las obvias dificultades, Loni rechazó rotundamente la ayuda y enfatizó su independencia. “No necesito ayuda. “Tengo todo lo que necesito”, declaró el pasado octubre, subrayando su independencia incluso en su precaria situación.

Loni y Jeremy se casaron en 2012, pero su matrimonio duró poco. Después del divorcio, hubo esfuerzos por parte de personas simpatizantes para ayudarla, incluida una oferta de rehabilitación por 90.000 dólares. Sin embargo, Loni desapareció y solo reapareció brevemente en octubre de 2020 y más tarde en Santa Mónica este año.

Los acontecimientos que la llevaron a vivir en la calle son trágicos. Después de divorciarse de Jackson en 2014, Loni fue expulsada en 2018. Sin un sistema de apoyo, su salud mental se deterioró. Anteriormente, trabajó como enfermera en un centro de cirugía estética en Los Ángeles y luego trabajó en el sector inmobiliario. Desafortunadamente, su carrera como agente inmobiliario también terminó en descrédito cuando su empleador supuestamente retuvo su salario. Según se informa, desarrolló una adicción a la metanfetamina.

Además, su separación de Jeremy se vio empañada por acusaciones de violencia doméstica. Loni contó un encuentro perturbador en el que creyó verlo fuera de su apartamento, añadiendo otra capa a su experiencia ya traumática.

La vida en la calle no era precisamente amigable para Loni. Habla de robos frecuentes y enfatiza que las personas que la rodean son verdaderos supervivientes. “La gente hará cualquier cosa para sobrevivir”, dijo, describiendo la deprimente realidad que enfrentaba todos los días.

En resumen, la historia de Loni Willison es un conmovedor recordatorio de cómo incluso las personas que han estado en el centro de atención en el pasado pueden verse afectadas por los giros y vueltas impredecibles de la vida.

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