Sarah Patricia Jones, o Paddy como la conocimos en “Dancing for a Dream”, nació el 1 de julio de 1934 en Stourbridge, Inglaterra. Desde muy pequeña sintió una fuerte atracción por el baile. Comenzó con danza clásica a los dos años, y en la adolescencia se aventuró en otros estilos, pero a los 22 años dejó su pasión de lado al casarse con el amor de su vida y dedicarse a formar una familia.
Cuando sus hijos formaron sus propios hogares y su esposo se jubiló, la pareja decidió mudarse a Valencia, España, para disfrutar de su retiro. Dos años después, su esposo falleció de leucemia y la vida de Paddy tomó un rumbo completamente inspirador.
El dolor fue insoportable, y ella cayó en una profunda depresión. Para superar la tristeza, recurrió al otro gran amor de su vida: el baile, que había abandonado al casarse. A los 70 años se inscribió en la academia del bailarín argentino Nicolás Espinoza, y su vida cambió para siempre.
Lo que comenzó como una afición para superar el dolor terminó llevándola a ganar un récord Guinness como la bailarina de salsa acrobática más longeva del mundo y a participar en los concursos de talentos más importantes del planeta.
Paddy se apuntó con la intención de aprender flamenco, pero al ver su habilidad y espíritu aventurero, decidieron probar suerte con la salsa acrobática.
En un momento emotivo e inesperado en “Britain’s Got Talent”, la abuela Paddy, de 80 años, y su dedicado compañero Nicko subieron al escenario para realizar un número de salsa. Su energía y vitalidad cautivaron a jueces y público, quienes les ofrecieron una ovación de pie. Su vínculo y amor por la vida brillaron en la pista, demostrando que la pasión no tiene edad. Su actuación se convirtió en uno de los momentos más memorables de la temporada.