Lara Flynn Boyle es una de las estrellas más enigmáticas del Hollywood de los 90. Desde muy joven soñó con ser actriz.
Debutó en la película «Campo de sueños» (1989), pero la verdadera gloria le llegó con el papel de Donna Hayward en la serie de culto «Twin Peaks».
Su participación en el proyecto convirtió a Lara en una de las favoritas del público y le abrió las puertas de Hollywood. Su talento, combinado con un aspecto refinado y un carisma magnético, le permitió destacar entre otras actrices de su generación.
En la década de 1990, Lara actuó activamente en películas. Su trabajo en las películas «Batman: Mask of the Phantasm», «Eternal Summer» y la serie «The Practice», por la que recibió una nominación al premio Emmy, consolidó su estatus de estrella.
En 2002, interpretó a la villana Sarilina en la taquillera película Men in Black 2, que supuso uno de los puntos álgidos de su carrera.
Sin embargo, su vida personal ha estado a menudo en el punto de mira tanto como sus papeles. Lara salió con celebridades como Kyle MacLachlan, David Spade e incluso Jack Nicholson, y su romance causó una tormenta de discusiones.
Desde principios de la década de 2000, Lara empezó a aparecer con menos frecuencia en la pantalla. Muchos lo atribuyen a su desilusión con la industria y a las críticas a su aspecto, que empezó a cambiar bajo la influencia de procedimientos cosméticos.
La búsqueda de la juventud no siempre favoreció a Lara.
Hoy, Lara Flynn Boyle, de 54 años, lleva un estilo de vida cerrado, prácticamente no aparece en público y no concede entrevistas.