La sabiduría convencional sostiene que todos los bailarines son delgados. La heroína de nuestro artículo se desvía ligeramente de estos estereotipos. Según ella, si tienes talento, los kilos de más no son un obstáculo.
Al fin y al cabo, lo más importante es el talento, y el bailarín lo tiene a raudales. Su perseverancia y voluntad de trabajar en sí misma merecen respeto. Ésta es la razón por la que logró resultados sorprendentes.
La niña trabaja principalmente en el campo de la bachata. Es en este baile donde revela toda su gracia y plasticidad, que combinan perfectamente con el temperamento sulfuroso de la joven, inherente a Tatiana.
Bailando con su compañero Carlos Amescua llama la atención del público y deja en la sombra a su compañero. Tatiana es brillante, ágil y caprichosa. La bachata, un baile de República Dominicana, es su especialidad. Esta danza apasionada es muy difícil de realizar.
El patrón de baile no es difícil: hay que dar 4 pasos de lado, pero con énfasis en el último. El elemento clave es la conexión, la coordinación de movimientos con la pareja.