Billy Walden, de dieciocho años, vive en Lancaster, Reino Unido, y le apasiona el trabajo manual: le encanta reparar, construir y renovar cosas. Él mismo pudo restaurar una vieja caravana Volkswagen. Recientemente, también transformó un viejo barco oxidado en una impresionante casa flotante para las vacaciones de su familia, ¡y todo esto en sólo 2 meses!
Billy compró la barcaza por 5.000 libras (poco más de 400.000 rublos), un regalo de su madre.
«Me encantó trabajar en este barco», dice Billy. «Es fantástico poder construir una casa como ésta para tu familia. Fue necesario un trabajo muy meticuloso porque había mucho que reconstruir. Inicialmente se suponía que el barco costaría alrededor de £12.000, pero como no había pasado todos los controles pudimos comprarlo por menos. Luego gastamos otras 2.800 libras esterlinas renovando el interior a nuestro gusto. Ahora hay espacio para todos: una bañera, puertas de cristal que dan acceso a la terraza e incluso asientos de coche Audi baratos».
Es como una pequeña casa de campo flotante, perfecta para relajarse en verano con toda la familia.
El proyecto requirió un trabajo meticuloso, ya que hubo que renovar casi todo por completo. Esto no desanimó en absoluto a Billy, al contrario, quedó muy motivado al ver cómo la antigua barcaza se iba transformando poco a poco en una casa de ensueño.
Para empezar, se eliminaron todas las paredes divisorias, creando un espacio diáfano. Se utilizaron vigas de madera y perfiles metálicos para construir la estructura, que luego Billy fue rellenando gradualmente.
La cocina y el comedor del nuevo espacio flotante fueron hechos a mano por Billy, quien quería mantener una sensación natural, utilizando únicamente muebles y materiales de acabado de madera.
También hay puertas de vidrio que van desde la sala de estar a la terraza exterior.
Y esta es la habitación de su hermana.
A bordo del Matilda Jane se creó otro dormitorio.
La madre y la hermana de Billy se encargaron de los dormitorios y los decoraron con bonitas cortinas, escritos y otros elementos encantadores.
Billy también transformó la terraza en un oasis con una zona de relajación al aire libre. Ahora que la casa flotante está terminada, la familia la utiliza con frecuencia para viajar.
«Con nuestro nuevo barco ya hemos recorrido varios cientos de kilómetros a lo largo de los canales y de la costa. Nos encanta pasar tiempo juntos así, con toda la familia».